Sí, bueno, ya sabemos que el jabón limpia, ¿pero cómo, cómo limpia el jabón natural?

El jabón artesano es un detergente natural. Seguro que al oír lo de “detergente” nos alarmamos un poco, y no es para tanto, pues no hay que confundir los detergentes naturales con los sintéticos, que son dos productos diferentes. Vamos a verlo.

El hecho de que al jabón se le considere un detergente, no es ni más ni menos, que por su capacidad para limpiar o deterger. Eso es un detergente, un agente limpiador. Ahora bien, que sea natural o un químico artificial, ya es otra cosa.

Hoy vamos a aprender sobre la función limpiadora del jabón natural y artesano.

Experimentando.

¿Qué tal si experimentamos un poco en casa? No es peligroso, y quizá así lo comprendemos mejor.

Vamos a poner unas gotas de aceite en un vaso de agua y removemos. Vemos cómo esas gotas siguen flotando sobre el agua, verdad? Lo que significa que la grasa no es soluble en agua, es hidrófoba.

Si aplicamos esta mezcla a un paño con manchas, vemos que no limpia mucho. Más bien lo está ensuciando más

Ahora probamos a limpiar la mancha sólo con agua. Vaya, prácticamente sigue igual de sucio. Esto necesita algo más.

Finalmente, lo intentamos disolviendo un poco de jabón en agua, lo aplicamos a la mancha y… voilá! ¡Adiós mancha! Bueno, sí, hay que frotar un poquito, para ayudar. Es que así, en frío…

¿Queréis saber qué ha pasado?

Lo explicamos.

Para entender cómo funciona esto, partimos de la estructura química del jabón. Ya Lula os ha explicado en otros artículos que el jabón se origina mezclando una grasa con un álcali, lo cual reacciona y se transforma en jabón más glicerina.

GRASA + ÁLCALI = JABÓN + GLICERINA

O lo que es lo mismo:

ÁCIDO GRASO + SOSA CÁUSTICA =

SALES DE SODIO O POTASIO + ALCOHOLES GLICERINADOS

Es decir, el jabón es la sal de sodio o de potasio de una grasa.

Por tanto, las moléculas de jabón constan de una parte soluble en grasa (las sales de la grasa) y otra soluble en agua (la glicerina).

La parte hidrosoluble permite que el jabón se vaya disolviendo al contacto con el agua, y al disolverse deja libre su parte liposoluble. Ésta última reacciona químicamente con la grasa de la mancha y, en el proceso de transformación de sus moléculas, se asocia con ella para disolverla, emulsiona.

Así, el agua disuelve el jabón, el jabón disuelve la grasa y juntos desprenden las manchas.

Y si este proceso se hace en un medio de agua caliente, se facilita la disolución de las grasas y las manchas se eliminan mejor.

Con otras palabras.

Este dibujo representa una molécula de jabón:

Y esto es una micela, un conjunto de moléculas de jabón:

Fuente: Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado. Gobierno de España.

La molécula del jabón tiene una estructura bipolar, dos polos. De aquí que su orientación sea opuesta al otro, se repelen. Al disolverse en agua, una parte se orienta hacia el agua (hidrófila), y la otra hacia la grasa (hidrófoba).

Como vemos en la ilustración de la micela, la parte hidrófoba, representada como una cola amarilla, se orienta hacia la mancha de grasa huyendo del agua. La envuelve, se une con la grasa de la mancha y emulsionan.

La parte hidrófila, la cabeza azul, se orienta al contrario, hacia el agua y ejerce una fuerza opuesta porque repele a la cola.

Pues esta disposición de las moléculas de jabón en conjunto es lo que forma una micela.

Tal fuerza de repulsión y el movimiento del frotar la hacen desprenderse de la superficie que estamos limpiando.

Bien, ya se ha desprendido. Ahora la micela con la mancha atrapada en su interior, flota en el agua, y está esperando un buen flete y enjuagado para ser eliminada y concluir con un lavado impecable!

Por eso es tan importante frotar y menear la colada cuando lavamos, como hace la lavadora automática y como se friega y refriega en la pila del lavadero. Lo mismo en el ritual de lavarnos las manos, flete entre los dedos, en las muñecas, por aquí, por allá… y manos bien limpias y desinfectadas.

Por tanto, consejillo: el agua caliente y el movimiento mejoran la eficiencia del lavado.

A tener en cuenta.

Ahora sí, cuestión bien importante: el tipo de agua. Si el agua de nuestra zona es “dura”, que tiene mucha cal, significa que contiene muchas sales minerales, sobre todo de calcio y de magnesio. Eso se puede ver en las manchas mates que quedan en el lavabo. Pues esto reduce la limpieza o capacidad detergente del jabón, ya que estas sales neutralizan su acción limpiadora, dificultan la disolución de las moléculas y por tanto el proceso detergente, con lo cual no se limpia por completo.

Para ablandar ese agua se suele poner un poquito de bicarbonato de sodio o un  chorrito de vinagre, por ejemplo.

Resumiendo.

El jabón es un intermediario entre los opuestos grasa y agua, y actúa como emulsionante, de manera que la grasa y el agua se mezclen para que la grasa de la mancha pueda ser desprendida.

Así es como limpia el jabón natural.

Y aún hay más.

Además de esta función que tanto agradecemos, el jabón natural al descomponerse o degradarse no contamina el medio ambiente. Esto significa que es biodegradable, sostenible, respetuoso con la naturaleza, la piel, los tejidos e incluso con la maquinaria.

En la limpieza del hogar, también jabón natural.

Lula

https://jabonjabonlula.com

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